miércoles, 27 de febrero de 2008

escondites

Quizá una bolsa de plástico no sea el lugar mas indicado para huir del ruido de los petardos, de nuestros fantasmas, de nuestros miedos, agobios y limitaciones que en ocasiones nos autoimponemos y, sin querer, hacemos extensivos a otros. Aunque dentro se esté calentico, hay que aprender a salir al mundo, levantar la cabeza, dejar de pedir perdón por haber nacido, cruzar el espejo sin esperar maravillas y aprovechar ese pequeño suspiro que somos en el gran latido de un mundo que sigue girando con y sin nosotros. Suspiremos juntos.

No hay comentarios: