sábado, 16 de febrero de 2008

encefalopatia espongiforme


Lástima que los euromillones nunca toquen. El estrés y la rutina hacen que la abuela de la fabada litoral, con el ababol, el balde y la chota se convierta en el paradigma de un paraíso tan sólo prometido. Dicen que el trabajo dignifica. Desde luego, lo que no te mata te hace más fuerte (o engorda). Viva la fabada y el campo con sus vacas locas. Que no, que la leche no viene de Mercadona. Esto es un homenaje a todos los amantes del jamón serrano (que como el IPC siga así, sólo veremos en póster). Y a falta de Tarradellas, como en casa.

No hay comentarios: